domingo, 15 de noviembre de 2009

Liberame


Que bueno seria poder disfrutar sin consecuencias, sin reproches y sin esperar… sin necesitar.

Hay historias que comienzan como sin querer y se van convirtiendo en algo mas importante de lo que estamos preparados a soportar.

Te conocí por una foto, no sabia nada de vos, solo que debía tenerte porque te deseaba locamente en mi cabeza y mi cuerpo.

Como siempre moví los hilos para que eso ocurriera; si a veces soy una niña malcriada que debe tener lo que quiere… y siempre lo consigo solo que algunas veces el precio que debo pagar se hace muy alto.

La primera vez que te vi no lo podía creer, eras demasiado bello y tu sonrisa me dejo totalmente embrujada, perdida en tus ojos raros de gato.

Fue muy cómodo estar con vos, hablar, sonreír; cada momento que te acercabas a hablarme al oído tenia la terrible necesidad de saltarte encima y morder tu cuello hermoso.

Dios esa noche tuve que ser muy fuerte ...

Cuando nos besamos por primera vez tus labios eran tan frescos que podía quedarme en tu boca eternamente; me abrazaste fuerte y me acercaste a tu cuerpo; podía sentir cada movimiento y temblor que producías al besar tu cuello.

Lograbas excitarme con el mínimo rose, mi cuerpo y mi alma quedaban rendidas a tu merced, a tu deseo.

Al llegar a tu casa nos despojamos de nuestras ropas.

Nuestras pieles se llevaban muy bien, se iban conociendo a cada moviendo.

Tu boca y tus manos fueron poco a poco reconociendo cada milímetro de mi ser y las mías casi desesperadas te recorrían una y otras vez.

Suavemente y casi sin darme cuanta ataste mis manos; quede ahí inmóvil esperando a que me tomaras.

Me diste vuelta y besaste mi espalda, mi cadera hasta lo mas profundo.

Poco a poco iba cayendo en un placer infinito, era tuya, toda y sin reservas.

Cuando ya no podía mas... mordiste mi cuello, tomaste mis caderas y te acomodaste para entrar fuerte y firme en mi, húmeda y suave.

Me desesperaba tanto no poder desatarme y vos disfrutabas al máximo el tener el poder.

Entrabas una y otra vez sin detenerte, sin respirar, casi como poseídos por nuestros cuerpos, drogados de placer sin poder detenernos hasta dejar hasta la ultima gota de nuestra existencia en el otro.

Nuestros cuerpos se contorsionaban frenéticamente, mojados, febriles casi fuera de este mundo.

Me desate y no podía mas que liberarme para cambiar de lugares, para que ahora fueras mió…

Salte sobre ti y entre exacta, perfectamente mojada en vos.

Mi espalda se doblaba una y otra vez mientras mi caderas empujaban hasta tenerte sabrosamente adentro…

Y así seguí hasta sentirte explotar en mi, todo para mi como yo fui toda para vos.

Amo sentir la cama mojada después de terminar, sentir calcados nuestros cuerpos con calor y sudor…

Pasaban los días y miraba las marcas en mis muñecas y muslos; me reía sola y ruborizada al recordar cada moviendo, cada gemido, cada beso que cubrió mi cuerpo.

Pasaba el tiempo y todo era cada vez mejor, intenso, solo el mirarnos nos excitaba.

Pero claro no se hizo tardar el precio que debía pagar y comencé a necesitarte, a extrañarte a sentirte mas allá de tu cuerpo.

Y no estoy lista para pagar ese precio pero tampoco lo estoy para dejarte ir.

Son estos los momentos en los que maldigo ese segundo en que todo cambio, en el que nos convertimos en mas que dos cuerpos unidos por el deseo.

Y ahora estoy aquí bajo tu piel, perdida, hasta que me encuentres y me liberes de ti…o no.


Para vos que siempre me preguntas que es el amor y la verdad no se si estoy lista para contestar esa pregunta, te quiero!

lunes, 2 de noviembre de 2009

Momentos


Por que la vida transcurre a veces tan desesperadamente rápida y otras veces se detiene como que cada minuto fuera una eternidad.
Que bueno seria poder elegir cuando detener el tiempo o hacerlo correr.
Desearía detener el tiempo en la noche que te conocí, disfrutar cada momento una y otra vez, para no dejar escapar a la memoria ni el mas mínimo detalle.
Como me gustaría acelerar los minutos que faltan para volver a estar con vos, para nunca sentir tu ausencia.
Convertiría la primera vez que nos amamos en eterna, para poder sentirte haciéndome gozar por siempre.
Tantas veces soñé como seria estar con vos, como se sentirían tus caricias, tus besos, tu cuerpo en mi… pero lo sueños nunca son como la realidad.
La luna nos junto, la noche de calor nos acompaño mientras íbamos conociéndonos.
Me perdía en tu mirada cada vez que sin querer se cruzaban.
Temblaba cada vez que nuestros cuerpos se rozaban tímidamente.
No podía aguantar el no besar esa boca… esa boca que me provoca.
Miraba lentamente cada parte de tu ser, tus manos, los dedos largos, tu sonrisa ingenua.
Hablábamos tratando de descubrirnos o de darnos animo para pasar al próximo paso.
Fuimos a casa y ahí nos besamos, por Dios tu boca no podía ser mas fresca, invitaba a comerla despacio sin apresurarse.
Nuestras manos empesaron a descubrir nuestros cuerpos, nuestra lengua descifraban nuestros sabores.
Nos trenzamos en una lucha de placer, dejando caer la ropa rápidamente; desde la cama mire como quedabas desnudo para mi, bello en piel.
Entraste perfecto, ideal en mi, como si mi cuerpo hubiera nacido para responder a cada movimiento del tuyo.
Mi cuerpo se contorsionada al ritmo de tu placer; cada roce, cada respiración me conmovía hasta que estallaba y volvía a empezar.
Como explicar lo que se siente tenerte tan dentro mío que ya no existe nada mas que ese momento, como poder revelar lo que mi ser entero sentía en cada segundo en que éramos uno.
Me tomabas de las caderas para poder lograr entrar mas allá de mi.
Tu boca se perdía cada vez que podía; sentir tu respiración en mi cuello me disipaba.
Que bellos que quedábamos vestidos con la piel del otro, con el sudor del placer infinito de terminar uno donde empieza el otro, de terminar todo vos en mi, dentro.
El calor nos envolvía como las ganas de no soltarnos ni un minuto, compartir esa intimidad perfecta de dormir abrazados y pegados como si al mínimo movimiento el otro desapareciera.
Jamás pensé que la realidad pudiera ser mas hermosa que un sueño, que cada momento con vos superara a cada sueño que nos unía.
Ahora ya no vivo de sueños si no de recuerdos y de presente.
Detengo los momentos que estuvimos juntos y acelero cada segundo que falta para que vuelvas a mí.
Porque indefectiblemente has quedado bajo mi piel para que ya no viva de sueños, y yo bajo la tuya para que vuelvas …