domingo, 15 de noviembre de 2009

Liberame


Que bueno seria poder disfrutar sin consecuencias, sin reproches y sin esperar… sin necesitar.

Hay historias que comienzan como sin querer y se van convirtiendo en algo mas importante de lo que estamos preparados a soportar.

Te conocí por una foto, no sabia nada de vos, solo que debía tenerte porque te deseaba locamente en mi cabeza y mi cuerpo.

Como siempre moví los hilos para que eso ocurriera; si a veces soy una niña malcriada que debe tener lo que quiere… y siempre lo consigo solo que algunas veces el precio que debo pagar se hace muy alto.

La primera vez que te vi no lo podía creer, eras demasiado bello y tu sonrisa me dejo totalmente embrujada, perdida en tus ojos raros de gato.

Fue muy cómodo estar con vos, hablar, sonreír; cada momento que te acercabas a hablarme al oído tenia la terrible necesidad de saltarte encima y morder tu cuello hermoso.

Dios esa noche tuve que ser muy fuerte ...

Cuando nos besamos por primera vez tus labios eran tan frescos que podía quedarme en tu boca eternamente; me abrazaste fuerte y me acercaste a tu cuerpo; podía sentir cada movimiento y temblor que producías al besar tu cuello.

Lograbas excitarme con el mínimo rose, mi cuerpo y mi alma quedaban rendidas a tu merced, a tu deseo.

Al llegar a tu casa nos despojamos de nuestras ropas.

Nuestras pieles se llevaban muy bien, se iban conociendo a cada moviendo.

Tu boca y tus manos fueron poco a poco reconociendo cada milímetro de mi ser y las mías casi desesperadas te recorrían una y otras vez.

Suavemente y casi sin darme cuanta ataste mis manos; quede ahí inmóvil esperando a que me tomaras.

Me diste vuelta y besaste mi espalda, mi cadera hasta lo mas profundo.

Poco a poco iba cayendo en un placer infinito, era tuya, toda y sin reservas.

Cuando ya no podía mas... mordiste mi cuello, tomaste mis caderas y te acomodaste para entrar fuerte y firme en mi, húmeda y suave.

Me desesperaba tanto no poder desatarme y vos disfrutabas al máximo el tener el poder.

Entrabas una y otra vez sin detenerte, sin respirar, casi como poseídos por nuestros cuerpos, drogados de placer sin poder detenernos hasta dejar hasta la ultima gota de nuestra existencia en el otro.

Nuestros cuerpos se contorsionaban frenéticamente, mojados, febriles casi fuera de este mundo.

Me desate y no podía mas que liberarme para cambiar de lugares, para que ahora fueras mió…

Salte sobre ti y entre exacta, perfectamente mojada en vos.

Mi espalda se doblaba una y otra vez mientras mi caderas empujaban hasta tenerte sabrosamente adentro…

Y así seguí hasta sentirte explotar en mi, todo para mi como yo fui toda para vos.

Amo sentir la cama mojada después de terminar, sentir calcados nuestros cuerpos con calor y sudor…

Pasaban los días y miraba las marcas en mis muñecas y muslos; me reía sola y ruborizada al recordar cada moviendo, cada gemido, cada beso que cubrió mi cuerpo.

Pasaba el tiempo y todo era cada vez mejor, intenso, solo el mirarnos nos excitaba.

Pero claro no se hizo tardar el precio que debía pagar y comencé a necesitarte, a extrañarte a sentirte mas allá de tu cuerpo.

Y no estoy lista para pagar ese precio pero tampoco lo estoy para dejarte ir.

Son estos los momentos en los que maldigo ese segundo en que todo cambio, en el que nos convertimos en mas que dos cuerpos unidos por el deseo.

Y ahora estoy aquí bajo tu piel, perdida, hasta que me encuentres y me liberes de ti…o no.


Para vos que siempre me preguntas que es el amor y la verdad no se si estoy lista para contestar esa pregunta, te quiero!

lunes, 2 de noviembre de 2009

Momentos


Por que la vida transcurre a veces tan desesperadamente rápida y otras veces se detiene como que cada minuto fuera una eternidad.
Que bueno seria poder elegir cuando detener el tiempo o hacerlo correr.
Desearía detener el tiempo en la noche que te conocí, disfrutar cada momento una y otra vez, para no dejar escapar a la memoria ni el mas mínimo detalle.
Como me gustaría acelerar los minutos que faltan para volver a estar con vos, para nunca sentir tu ausencia.
Convertiría la primera vez que nos amamos en eterna, para poder sentirte haciéndome gozar por siempre.
Tantas veces soñé como seria estar con vos, como se sentirían tus caricias, tus besos, tu cuerpo en mi… pero lo sueños nunca son como la realidad.
La luna nos junto, la noche de calor nos acompaño mientras íbamos conociéndonos.
Me perdía en tu mirada cada vez que sin querer se cruzaban.
Temblaba cada vez que nuestros cuerpos se rozaban tímidamente.
No podía aguantar el no besar esa boca… esa boca que me provoca.
Miraba lentamente cada parte de tu ser, tus manos, los dedos largos, tu sonrisa ingenua.
Hablábamos tratando de descubrirnos o de darnos animo para pasar al próximo paso.
Fuimos a casa y ahí nos besamos, por Dios tu boca no podía ser mas fresca, invitaba a comerla despacio sin apresurarse.
Nuestras manos empesaron a descubrir nuestros cuerpos, nuestra lengua descifraban nuestros sabores.
Nos trenzamos en una lucha de placer, dejando caer la ropa rápidamente; desde la cama mire como quedabas desnudo para mi, bello en piel.
Entraste perfecto, ideal en mi, como si mi cuerpo hubiera nacido para responder a cada movimiento del tuyo.
Mi cuerpo se contorsionada al ritmo de tu placer; cada roce, cada respiración me conmovía hasta que estallaba y volvía a empezar.
Como explicar lo que se siente tenerte tan dentro mío que ya no existe nada mas que ese momento, como poder revelar lo que mi ser entero sentía en cada segundo en que éramos uno.
Me tomabas de las caderas para poder lograr entrar mas allá de mi.
Tu boca se perdía cada vez que podía; sentir tu respiración en mi cuello me disipaba.
Que bellos que quedábamos vestidos con la piel del otro, con el sudor del placer infinito de terminar uno donde empieza el otro, de terminar todo vos en mi, dentro.
El calor nos envolvía como las ganas de no soltarnos ni un minuto, compartir esa intimidad perfecta de dormir abrazados y pegados como si al mínimo movimiento el otro desapareciera.
Jamás pensé que la realidad pudiera ser mas hermosa que un sueño, que cada momento con vos superara a cada sueño que nos unía.
Ahora ya no vivo de sueños si no de recuerdos y de presente.
Detengo los momentos que estuvimos juntos y acelero cada segundo que falta para que vuelvas a mí.
Porque indefectiblemente has quedado bajo mi piel para que ya no viva de sueños, y yo bajo la tuya para que vuelvas …

sábado, 31 de octubre de 2009

Despierta


Sueño despierta…

Y despierto en sueños, en los tuyos.

Sueño despierta…

Y despierto en tu olor, tu aroma.

Sueño despierta…

Y despierto en tu piel, completa.

Sueño despierta…

Y despierto contigo, dentro.

Sueño despierta

Y ya no hace falta despertar, porque estas conmigo.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Tu Retrato




Miro tu foto y podría perderme en tu sonrisa, tan tiernamente expresiva que a veces siento que me llama…
Miro detenidamente cada trazo de tu rostro, tu cuello donde me perdería besándolo una y otra vez, tu torso donde dormiría luego de armarte excesivamente…
Cada centímetro de tus brazos donde quisiera estar eternamente…
Miro tu retrato y me imagino como va a ser nuestra historia… empezando en ti y terminando en mí…
Entro en el y me siento a tu lado, solo nos miramos, levantas tu mano y acaricias suave mi rostro, yo beso tu mano y la tomo poniéndola en mi pecho donde te pierdes…
Tus manos comienzan a moldearme solo como tu sabes, dando forma a nuestro placer, llevándome poco a poco al mundo del deseo… tu boca nerviosa pero segura moja mis pechos excitados dejándolos completamente extasiados pero queriendo siempre mas, pero mas de vos!
Bajas por mi vientre lento, mojado, caliente pero sin detenerte; al llegar a mi sexo te detienes sonriente, malo… me das vuelta y comienzas desde mi cuello acariciando suave mis hombros, mi columna y terminando en mi caderas… las muerdes tiernamente.
Y ahí ya mi cuerpo es solo fuego para vos, un fuego candente donde quieres entrar para descubriste en mi, intenso, fuerte…mío.
Te detienes y tu mirada me pide que sea ahora yo la que te descubra, tan suave, tan caliente, tu piel me embriaga, me pierde y es tan hermoso perderse en ti.

Acarició tu cara de niño, y tu cuerpo de hombre… te siento excitado y transpirado por mi, por mi desnudes, por mi lengua que te hace gemir y morderte los labios…
Como me encantaría sentirte en mi boca, todo pero todo para mí…

Ya no podemos seguir jugando, ahora solo podemos entregarnos… me recuesto en la cama, mis piernas se abren para ti y mi rostro de dice; “Ven…”
Entras suave rozando mis muslos; me tomas de la cola acomodándote para poder entrar, y como te gusta entrar!

Como te gusta estar ahí, caliente y húmedo, pudiendo hacer y ser como a vos te gusta.
Como explicar lo que se siente cuando estas en mi, adentro, profundo, fundido en mi casi perfectos el uno para el otro; ahí nos convertimos en uno, nuestras pieles se unen y se transforman, se funden y se quedan para siempre calcadas en cada célula de nuestros cuerpos.

Mi cuerpo tiembla, se tensa y se extingue en cada movimiento, mis caderas de acompañan y bailan al compás de tu pelvis… me saboreo entera en vos!
Te abrazo, te araño y aprieto contra mi; las sabanas mojadas nos avisan que vamos a estallar; gotas de transpiración se mezclan, ya no hay nada tuyo ni mío, hay solo un nuestro…

Y el final llega frenético y perfecto, justo ahí cuando tu mirada se pierde en mis ojos, cuando tu mano empuja mi cadera fuerte hacia ti, ahí cuando ya mas tuya no puedo ser y vos mas dentro no puedes estar.
Nuestros cuerpos quedan casi sin alma, tendidos en la cama… y en ese momento vuelves a tu retrato, me dejas otra vez, pero no sin antes llevarme bajo tu piel, suave y mojada…

lunes, 12 de octubre de 2009

En tus sueños...


El viento fresco me liberó de mi sueño, o tal vez me volcó al tuyo..
Me levanté lentamente casi flotando, vestida solo con mi sudor y un camisón de lino blanco, descalza crucé la casa y abrí la puerta.
El viento me rodeaba y me tomaba de la mano llevándome no se a dónde, ni por qué, pero no me podía soltar…mis cabellos no me dejaban ver y como entre sueño seguía yendo, tal vez… hacía ti …?
La ciudad dormía, solo yo estaba en ella, una tormenta la rodeaba, el viento y las nubes me envolvían tan brusca y tiernamente como imaginaba que me amarías. Llegué a tu puerta, o a la puerta de tus sueños; al entrar dejé caer lo único que me vestía, y caminé desnuda por los cuartos hasta encontrare..ahí estabas, hermoso, niño, dormido. Rocé mi mano por tu torso desnudo, provocando que tu piel se erizara suavemente; temblaste y abriste tus ojos bellos; me saludaste con una sonrisa como si supieras que iba a venir, como en tantos otros sueños. Quité las sabanas para encontrarte tibiamente en piel, comencé a descubrirte lento con mis dedos, desde tu frente hasta el final de tus pies; luego hice lo mismo, pero ya dejando el rastro húmedo de mi lengua y deteniéndome en tu sexo hasta dejarlo listo para recibirme. Te sentaste en la cama y por la ventana entraba el aire que nos unía y nos invitaba a amarnos, me subí en vos dejándote entrar completa y enteramente en mi, solo sintiendo en medio del silencio de la noche el gemido suave de nuestro deseo.

Tus manos rodeaban mi cintura y me guiaban como moverme, como empujar como jugar con tu cuerpo.

Por mi espalda caían gotas de sudor salado que hacían que mi piel brillara a la luz tibia de una luna casi cubierta por las nubes. Me extasiaba estar dentro de ti, te extasiabas al sentirme tan tuya, tan uno en la desenfrenada danza el placer exquisito del sexo, de la piel uniéndose.

Hermoso fue sentirte terminar en mi, mientras yo terminaba en vos, juntos muriendo en el mismo momento.

Nos tiramos en tu cama para solo mirarnos, sentir nuestros corazones tratando de huir de nuestros cuerpos… sonreímos, respiramos… nos encontramos. Me recosté a tu lado, mi espalda se pegó a tu torso, mis caderas a las tuyas… y no pudimos soportar el tenernos tan cerca .
Besaste mi cuello, mi espalda y mi mariposa, mordiste mi cola una o otra vez. Oh! Era muy rico sentir tus dientes en mi piel. Me tomaste por atrás fuertemente, entraste en mi una y mil veces hasta hacerme explotar de placer, pensé que iba a dejar de respirar, que iba a desaparecer en ese mismo momento en el cual todo tu placer terminó profundamente en mi. Pero no desaparecí… nos abrazamos y lentamente nos dormimos, unidos el uno en el otro, terriblemente hermosos y húmedos.
El sol entró por la ventana y desperté, estaba sola en mi cama, había despertado de mi sueño… pero mi piel estaba empapa de tu olor, de tu placer.
Ahora se que cada vez que te desee, volveremos a encontrarnos en el mundo del placer infinito de los sueños, porque estoy bajo tu piel fundida…
esperándote …

Para vos nenito que te estas metiendo en mis sueños…

martes, 6 de octubre de 2009

Perfecto


Hay mañanas que al despertar extraño terriblemente tu presencia calentando mi cama, mañanas en las que olvido por completo que ya hace tiempo que mi lecho no te siente.
El destino se emperró en que nuestros caminos se unieran, por más que yo te hubiera ignorado sin saberlo, tarde o temprano, te iba a ver, a notar, a sentir.
La noche que te vi tocar, que te noté por primera vez, el calor me ahogaba; pero pronto llegó el alivio de la lluvia.
Me penetrabas con la mirada como tratando de descubrirme, pero nunca lo lograste, jamás pude dejarte entrar. Nuestros cuerpos se iban acercando temiblemente a cada minuto que pasaba, ¡era inevitable! Y cuando nuestros cuerpos se unieron, fue un choque, terrible, fuerte, desenfrenado.
Como si toda la vida nuestros cuerpos se hubieran estados buscando, y en ese momento bruscamente se encontraron, para amarse como solo ellos podían, para brindarse como solo ellos sabían, para descubrirse luego de tanto necesitarse.
Sabíamos que hacíamos mal, que eso no era justo para otros, pero era tan perfecto para nosotros.
A veces temía que hubieras perseguido tanto este sueño, que al tenerlo en tus manos y convertirlo en realidad, toda la pasión se terminaría con la realidad. Pero no fue así, cada momento me amabas más, y más.
Yo… amaba tu cuerpo, tu forma de amarme, tu forma de hacerme sentir tan llena y extasiada de placer, tanto que por momentos pensaba que no habría mas que eso, que era imposible sentir mas.
Es que la vida pasaba y nuestros cuerpos se embriagaban el uno con el otro. Solo tocarnos nos producía el temblor mas frenético que anticipaba la lucha interminable de nuestros cuerpos. Nos pasábamos horas haciendo el amor, vos dentro mío dándome con toda la fuerza, haciéndome gritar de placer. Mi piel traspiraba, se calentaba de tal forma que mas de una vez pensé que nuestros cuerpos terminarían extintos en cenizas… esparcidos por el cuarto.
Había momentos en que ya no podíamos hablar, ya casi no podía sentirte en mi vida, me ahogaba de saber que estabas ahí, que te sentías el dueño de mi mundo. Pero cuando quería poner fin a todo tu callabas y solo me rozabas, mi piel mandaba y mi cuerpo se entregaba.
Nunca pensé que dos cuerpos podían estar creados el uno para el otro, pero así era. Un tormento, un juego macabro del destino, ¿Cómo podíamos ser tan terriblemente compatibles al amar y tan distintos al vivir?
No hay peor cosa que el sentirme ahogada, siempre te lo dije, que si me hacías sentir así por mas que te amara me iba a ir… y así fue, solo me llevé los recuerdos grabados en mi piel; todo lo otro fue borrado, sacado de este mundo.
Ahora solo estamos uno bajo la piel del otro, dormidos, casi perfectos…

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Despertar


Que bello despertar en la Habana, con el aroma del tabaco y el café recién molido.
Que bello recorrer el malecón de tu mano, sentir como salpican las olas en nuestros rostros.
Fue una tarde en la plaza principal de Santiago de Cuba que te vi, tan alto, tan niño… me encantó que tuvieras el mate en una mano y el termo en la otra.
Nos conocimos sin querer, o tal vez queriendo mucho!
Era primero de año, todo era festejo, pero no tanto como tu sonrisa.
La luna nos acompañó toda la noche en nuestra larga charla, reímos, comimos y tomamos sin dejar de mirarnos.
Cada esquina era una fiesta, con música improvisada y mucho Ron.
Mientras bailaba tu mirada seguía mis caderas deseándolas cada vez más.
En el baño de un bar me tomaste. Lentamente me sacaste por debajo de la pollera mi ropa interior, me levantaste y ahí apoyada en la pared me diste placer sin reparo de lo que pasaba a nuestro al rededor. La gente iba y venia, escuchaba las voces a lo lejos… yo solo podía sentirte a vos, a vos tan dentro de mi, tan claro como el mar y suave como la arena.
Nuestros cuerpos estaban terriblemente mojados, salimos rápido y fuimos corriendo a la playa para calmar tanto calor… ¿cómo olvidar tu rostro iluminado por la luna y con el resplandor del agua, cómo no recordar tanto placer al nadar tu cuerpo en el mío? Cómo no enamorarme de la Habana al recorrerla contigo… las tardes en la playa leyéndome Galeano, las noches tomando mojitos escuchando los músicos cantar a la libertad. Cómo no querer volver a la noche en la casita rentada donde no pudimos comer ya que usamos la mesa para amarnos.
Como recorriste mi cara con tus caricias bajando por mi cuello, perdiéndote en mis pechos con tu boca, como te fundiste en mi ombligo mientras recorrías con la yema de tus dedos mis muslos hasta llegar a mis pies descalzos y besarlos con tanta dulzura…
¿Cómo no dejar grabado en mi cuerpo el temblor cada vez que irrumpías en mi como las olas en la playa?
Sentado en el sillón, con tus ojos vendados me dejaste ser y descubrirte, hacerte mío, ser la dueña de tu placer, fuiste el prisionero del vaivén de mis caderas…Luego caímos rendidos en la cama y dormimos solo vestidos con nuestra piel, sintiendo la brisa del mar… Al despertar solo estaba tu lugar de la cama vació y una nota donde decía “Te llevo conmigo”

Tu volviste a tu país y yo al mío.
Pero recuerda que siempre me llevaras bajo tu piel sonriente, desnuda en la playa …

martes, 15 de septiembre de 2009

Viento


Cálido viento de verano que traes a mi esas fragancias tan ricas y perturbadoras.

Era una bella noche, de esas que la luna alumbra más que el sol de día.

Sentía un extraño e irresistible apetito, necesitaba encontrarte.. Pero cómo? si aun no sabía cómo era tu rostro.

Había pasado ya varias noche soñando contigo, con un encuentra bajo la lluvia, algunas veces casi podía escuchar tu nombre o vislumbrar tu rostro…

El viento me llevaba o me guiaba hacia mi meta…

Camine por las calles de mi pueblo como perdida, hasta llegar a la plaza.

Estaba lleno de personas, obvio era verano, y sobre todo había rostros extraños para mí.

De repente alguien te llamo-” Ernesto…!!!”, no sé cómo pero sabía que ese era el nombre que tantas veces pronuncie en sueños.

Te diste vuelta lentamente y pude ver tu cara; nuestras miradas se cruzaron y fue como reconocer algo que hacía tiempo buscábamos.

Me acerque y te pregunte “ te conozco?” y vos sin esperar un minuto contestaste “ Si!! De mi vida pasada”, sonreímos y nos pusimos a charlar.

Estabas de vacaciones en casa de unos amigos, eras del sur y tenias un sueño recurrente donde yo me despedía de vos una madrugada de lluvia.

Esa noche la luna brillo para nosotros, para que pudiéramos conocernos sin dejar ni un recuerdo sin contar.

Después llego el día, y a mí el sol no me ilumina, me marchita.

Nos despedimos con solo un beso, tierno, fresco, apresurado, casi un beso adolescente.

Esa día no logre soñar con nada, era como si me hubieras robado mi sueño y ahora tenía un recuerdo.

Llego la noche esta vez mas cálida, hasta se podía sentir el aroma de la lluvia por venir.

Esta vez el viento me llevo hasta horillas del río, era como que me hablaba y me decía por dónde ir, que piedra cruzar hasta llegar a ese gran pileta de agua clara.

No podía evitar sentir la frescura del río cubrir mi cuerpo y entre al agua, estaba muy rica y yo muy desnuda.

Mientras flotaba me iba poco a poco durmiendo y cuando ya casi estaba cruzando al hermoso y tenebroso país de los sueños pude sentirte otra vez.

Estabas ahí en medio del río con el agua hasta tu cintura, me mirabas y me llamabas muy despacio casi con miedo de despertarme.

Nos fuimos acercando hasta llegar a casi rozarnos, creo que en ese momento empecé a temblar, por el agua o por tu piel, no lo sé…

Pasaste tu mano por mi cuello entrelazando tus dedos en mi cabello y la otra la posaste en mi espalda casi tocando el comienzo de mi cola, apretaste tiernamente tu cuerpo contra el mío y suavemente nos besamos.

Dejamos que el agua hiciera más fácil el trabajo, mi cuerpo flotaba y se movía a tus órdenes para acomodarse de forma exacta y lograr que pudiéramos convertirnos en uno.

Sentía el viento, los aromas, el agua cálida y tu ser dentro mío, dejándome al profundo desnudo.

Tu cuerpo me asombraba porque era el mismo de mis sueños, tus brazos tan fuertes y poderosos, tus piernas que me sujetaban y se adueñaban de mi, tu boca tan hermosamente carnosa hacia que la mía se fundiera y se perdiera como toda yo en ti.

No podía explicar o tratar de razonar tanto placer, el sentimiento de deseo tan fuerte que hacía que todo empezara una y otra vez.

El saber que era exactamente lo que te gustaba, cada una de las poses, como te volvías loco al verme ahí de espalda esperando que me tomaras y que yo te mirara con mi cara de disfrute cuando entrabas fuerte en mi.

El terminar en las rocas tirados, desnudos, cansados… ahí abrazados besándonos… tan lindos.

Las nubes aparecieron de repente con el viento fuerte como compañero, logrando que nuestro cuerpos se ericen y que fueramos por nuestras ropas.

Me ayudaste a vestirme… y eso fue tan dulcemente tierno.

Corrimos hasta llegar a casa y bajo la lluvia nos despedimos, cuándo nuestras manos se soltaron me dijiste algo, nunca pude saber que fue… pero al menos recuerdo que tenías una sonrisa en tu cara.

Jamás volví a soñar con él, tampoco lo volví a ver.

Pero cada tormenta de verano él regresa a mí, bajo mi piel, dulce como un recuerdo.

martes, 8 de septiembre de 2009

Subte...


Hay situaciones que se dan en los lugares menos pensados; minutos que duran una eternidad.

Buenos Aires; verano, calor infernal; subte.
Logro sentarme ya casi sin poder respirar, tengo que hacer toda la línea completa de subte A, y no se como lo voy a lograr.
Levanto la mirada y lo veo, es tan bello, fresco casi apetecible, como si fuera un cubito para pasar por mis labios. Nota mi presencia y me mira fijo, yo me derrito y bajo la mirada.
Estaba prestando atención a la ventana que me muestra el por qué de mi sentimiento de sofocación cuando siento una mano en mi rodilla y una voz fuerte -sabes cuando falta para la parada de Acoite?
Me doy vuelta, y si, es el; le respondo y noto que no deja de mirar mi boca y mientras lo hace se muerde muy sensualmente su labio inferior; Tengo que admitir que el auto control no es mi fuerte; lo tomo por el cuello y lo acerco hasta poder mezclar su aliento con el mió. Su boca es fresca y dulce, hubiera sido casi un pecado no probarla, tuve que hacerlo.
Nos besamos varias paradas, rozamos desenfrenadamente nuestros cuerpos. El subte se para, él me toma de la mano y me guía, yo lo sigo.
Salimos, nos besamos nuevamente, yo tomo su mano y lo guío.
Si perder tiempo divisamos el primer hotel, nos miramos y con un mínimo movimiento de aceptación seguimos y entramos.
Pide una habitación, paga, y matándonos contra la pared del pasillo logramos llegar al numero 69, si… justo ese número.
Abrimos la puerta y me tira en la cama, me arranca la camisa y escucho como, uno a uno, los botones caen al piso.Respondo con la misma táctica.
Por Dios! No puede ser tan bello ese torso desnudo, marcado y transpirado.
Sin dejar de tocarnos nos sacamos todo, ya no queda nada a la imaginación, estamos solo nosotros desnudos en la cama.
Mientras nos matamos poco a poco, me dice algo al oído -Tu piel tiene un aroma muy especial, como canela y miel.
Me acaricia, me muerde, me ama sin saber quien soy, ni si tengo pasado o algún futuro, solo son nuestros cuerpos lo que se relacionan, cada uno de nuestros sentidos.
Lo dejo ser y hacer, hasta que ya no le quede nada, hasta que su boca, sus manos y su ser… me hagan ser totalmente suya.
Después me toca a mi, recorro todo tu torso con mis manos, sin perder ningún detalle, sus pecas, sus cicatrices tal vez de la niñez, el apéndice que ya no está, la marca de la maya… se ve que le gusta tomar sol, sus brazos forjados por horas de gimnasio o tal vez natación por la espalda.
Mi lengua se encarga de descifrar cuan suave es su piel y su sabor.
Como se excita cuando recorro su oreja, su cuello su sexo!
Mi boca lo excita hasta que se que solo queda subirme y hacerlo mío, a mi ritmo y bajo mi control.
Su ojos bellamente almendrados me miran como pidiendo más, de hecho hasta me lo grita, y yo siempre doy lo que me piden.
Y así sigo hasta tenerlo tan adentro, que cuando arqueo mi espalda siento que me podría dividir en dos. Así estallamos en el placer infinito del clímax, terminando en un unisón.
Nos duchamos como cualquier pareja después del amor, con caricias y atenciones tan pequeñas como el pasarnos en jabón por la espalda.
Me mira atentamente mientras vuelvo a ponerme la ropa y cuando levanto la mirada para verlo… siento de nuevo su voz –Señorita, ésta es la última parada, tomo mi bolso y me bajo.

Miro a mi alrededor y ya no estas… pero no puedo dejar de sentir en el aire un hermoso olor a canela y miel, que tal vez viene de bajo mi piel… tal vez bajo la tuya.

martes, 1 de septiembre de 2009

Erotico





Erótica una palabra .
Erótico el viento sobre los pechos mojados de una virgen.
Erótico tu.
Erótica yo.
Erótico un cuento, una película, una canción o tu voz en mi oído.
Erótico un sueño, un deseo o tu pensamiento.
Erótico nosotros juntos, separados o dentro.
Erótica tu piel en mi piel.
Erótico un gemido, un grito o un canto de dos.
Bajo tu piel, yo, erótica en ti.

domingo, 30 de agosto de 2009

Aromas del Pasado


Hay personas que sus recuerdos son traídos por una situación, un nombre o una palabra….

A mi mis recuerdos vuelven por medio de aromas, que los traen devuelta para rememorarlos, no como fantasmas si no, como alegrías.

Cada año los aromas de la primavera me traen el recuerdo de nuestro encuentro, me devuelven tu presencia.

El olor de los árboles por florecer, el calido aroma del viento me recuerdan a vos.

Hace muchos años ya en primavera la vida nos cruzó, “no buscaba nada y te vi”… y en ese momento lo supe.

Era una hermosa noche y el estar en el mismo lugar nos hizo conocernos, aunque ya mucho tiempo atrás nos veníamos viendo.

Yo estaba mal y necesitaba levantar el animo, vos estabas ahí esperándome.

Nos besamos y me preguntaste “y ahora qué“ y yo como tierna niña que era, te contesté, “ahora no te soltare jamás “.

Y así fue, ya que mi corazón jamás te dejo ir del todo, siempre seguís estando en mi.

Los días eran bellos e invitaban a quererse; compartíamos todo el tiempo que se podía ya que nos parecía que no podíamos respirar si no estábamos juntos, y te juro que era así, yo no respiraba cuando no estaba con vos, mi vida y corazón se detenían. Así fue por mucho tiempo.

Cada vez que nuestros cuerpos se rozaban sabíamos que íbamos a aguantar mucho, que inevitablemente teníamos que ser el uno del otro, que tarde o temprano nuestra piel se tenia que fundir en el otro, y eso me parecía peligrosamente hermoso; en esa época yo vivía todo como un cuento … y así me gustaba.

Me acuerdo que esa tarde hacia mucho calor, estamos solos en tu casa y poco a poco fuimos acercándonos a tu cama.

Yo te miraba fijamente como pidiéndote que me guiaras, o tal vez que me cuidaras; no lo se muy bien.

La ropa calló al piso, suave como tus caricias, lento como el tiempo, porque ese día no corría.

Nuestros cuerpos desnudos eran hermosos, tiernos, vírgenes…

Despacio, muy despacio fuiste abriendo mi cuerpo relajando mis músculos, calmando mis miedos hasta poder entrar suavemente en mi, y fue terriblemente bello sentir como por primera vez estabas dentro mió, comenzar a sentir como éramos uno ungidos en el placer inmenso de amar.

De a poco empezamos a movernos en armonía perfecta, encontrando el punto exacto del placer, y era bello como podíamos lograr ese sentimiento, ese dolor, ese disfrutar del otro con el otro.

Sentía tu corazón palpitar, tu cuerpo transpirar y sabia que jamás iba poder olvidarte, dejarte ir de mi.

Al terminar fuimos a la ducha y me bañaste, tus manos me recorrían toda una y otra vez, y de apoco fui perdiendo la vergüenza, me ganó el placer.

No dejaba de mirarte, de observar como iban cayendo las gotas por tu cuerpo tan perfecto, tan mió.

Me acompañaste a casa y nos despedimos sabiendo que ya jamás volvería a ser igual.

La vida nos separo pero jamás pudo hacer que tu recuerdo dejara de volver con los aromas de cada primavera, y auque fue difícil por mucho tiempo, ahora soy feliz de que vuelvas a mi.

Nos quedamos tan prendidos el uno del otro, debajo de nuestra piel para nunca mas volver a ser los mismos.

Con amor para Mauro.

domingo, 23 de agosto de 2009

Sin esperar


Hay relaciones en las cuales no esperamos nada del otro, eso hace que a cada movimiento nos sorprendamos … y así perduran en el tiempo.
Hay otras que es tanto lo que esperamos del otro que nunca nos conforma, ni nos llena, porque siempre queremos más y nos sentimos vacíos.
De ti nunca espere nada, por eso siempre fue casi perfecto, te convertiste en aquel que nunca estaba pero siempre aparecía, y así se nutria un círculo que cerraba perfecto.
Me gustaste siempre, desde el primer día que te vi, tan amable y con esa sonrisa tan amplia como tu simpatía.
Creo que por mucho tiempo no me registraste, fue la etapa en la cual era invisible.
Pero un día ya no lo fui más y empezamos a hablarnos, a intercambiar mails y a hacer todas esas cosas que hace la gente en estos tiempos.
Una noche salí con una amiga y te encontré y tomamos algo. Creo que nunca alguien me miro así, como si hubieras deseado en ese mismo momento quitarme toda la ropa y recorrerme sin freno hasta el final. Yo estaba encantada con el solo hecho de que me miraras.
Después el contacto fue más frecuente hasta que al fin arreglamos de vernos, yo iría después de un recital a tu casa a tomar algo, si, claro… tomar algo.
Al llegar creo haber estado temblando, no se si fue el frió o tu cercanía;
estabas viendo tele en la cama y muy amablemente me invitaste a entrar en ella… y lo pensé, no se, dos minutos. Primero me saqué el abrigo y poco a poco el resto de la ropa.
Tu cara era de alguien que realmente no podía creer lo que estaba pasando, me quede solo con una musculosa y una tanga de encaje color turquesa, y te dije, “el sacarme lo que resta tiene otro precio”. Sonreímos y me metí en tu cama.
Nos quedamos ahí abrasados mirando la tele, hasta que mi mano se metió debajo de las sabanas y empecé a tocarte… como adoro ese cuerpo impecable, esa piel bien morena, ¡toda para mi!
Tu respuesta no tardó en llegar y ahí todo comenzó, debo decir que, lamentablemente para mis otros amantes, el sexo con él siempre fue sublime…
Nos besamos terriblemente, no parábamos de mirarnos, de admirarnos el uno al otro y te desear, más y más, si… mucho más.
Ya tu cama era un torbellino de placer, no nos alcanzaban las poses, ni el tiempo, ni nada de nada, era demasiado.

Me encanta tenerte dentro mió, bien adentro, sentirte gemir y saber que es porque conmigo disfrutas de verdad.
Adoras ponerte detrás de mi, y mirar como me pongo cuando sos todo mío, como no sos de ninguna.
Siempre me decís que no hay como mi cola, ni mi sexo, y a veces creo de verdad que adoras esas partes mías más que a mi misma, pero no me importa, porque se que igual te tengo, jajaja.
En la cama estamos en comunión, nos entendemos de una forma que me asombra, sabemos siempre que es lo que el otro quiere o necesita, y siempre es como la última vez… siempre lo puede ser.
Desde esa vez ya pasó más de un año, por nuestras vidas a pasado de todo, pero nunca pasamos nosotros.
Yo se que cuando me necesites o yo lo haga, con solo pensarte voy a recibir un mensaje que me robará una sonrisa, y después una cita donde nos vamos a hundir en el placer sin concesiones de nuestros cuerpos, hablando, entendiéndonos, entregándonos sin pedir nada.
Nunca espero nada de vos, ni vos de mi, por eso todo lo que nos damos está bien, y cada vez que entras en mi vida es una sorpresa…
Y así sin esperar nada, a cambió de eso, me quedé bajo tu piel sin decir nada, solo para que me necesites…

Gracias por darme siempre una alegría …

sábado, 22 de agosto de 2009

Miradas


Cuantas miradas cruzamos por día, miradas perdidas, miradas invisibles…
Esta es la historia de una mirada que se hizo tan real como deseable.
Te cruzaba varias veces al día en la oficina, me parecías terriblemente comestible, con esa apariencia de niño tímido, que me decía que algo escondía y que tan así… no serias.
Te miraba pasar, tranquila desde mi escritorio, esperando que lo notaras, y cuando lo hacías me divertía manteniendo mi mirada firme hasta que vos lentamente la bajabas… era muy fácil hacerte sonrojar…
Y así me divertía, sintiéndote mi presa, sintiéndome desafiante, sin buscar nada mas que ese sentimiento que me hacia sonreír toda la tarde.
Un día todo cambio, me miraste firme y fue como una lucha que termino en una mirada cómplice, de repente empecé a buscar excusas tontas para cruzar un par de palabras, y así fue como comenzamos a comunicarnos por mensajes, solo un –hola, cómo esta tu día?
Sin buscar nada, solo expectante, me gustaba jugar con vos, de esa forma, el típico coqueteo que a mi tanto me gusta, es mi juego preferido, ese y provocar, eso ya lo saben.
Nunca me esperé que esta vez la pieza del jaque seria movida por el contrincante, y así fue como de una tonta conversación terminamos planeando que día nos encontraríamos en un hotel, si, así como lo leen,
el niño no era mas que un lobo disfrazado de oveja, y eso a mi me encanta.
Nos intercambiamos números de teléfono, y concretamos día y horario.
Esa noche me llamaste 15 minutos antes para decirme que ya salías para casa, yo termine de tomarme un buen vino tinto con amigos y solo restaba esperar.
Como me imaginaba, fuiste muy puntual, entré en tu auto y nos saludamos con un tibio beso en la boca, cual pareja que hace tiempo están juntos.
Charlamos amenamente mientras conducías hasta el hotel, llegamos, me abriste la puerta, tomaste mi saco y arreglaste todos los por menores.
Cuando volviste me tomaste entre tus brazos y me besaste fuerte y apasionadamente, como una pareja que hace tiempo no se veía, como si todas esas miradas se hubieran convertido en un deseo entrañable.
Me llevaste a la cama y sin dejar un minuto de tocarme me fuiste sacando la ropa, y luego mire como vos te sacaste la tuya, tu piel tan terriblemente blanca, tus pecas cubriendo tu cuerpo, tus ojos bellamente claros y tu pelo, todo tu pelo de un rojo espectacular.
Me tomaste, me acariciaste y con tu boca fuiste preparando cada rincón de mi cuerpo para ser explorado, no dejábamos de besarnos, era terrible como no dejábamos que nuestros cuerpos se separaran ni un segundo.
Cada pose hacia que el placer perdurara y fuera mas fuerte, que te sintiera cada vez mas imposiblemente dentro mío, mi piel se adhería a la tuya, nuestra transpiración brotaba de cada uno de nuestros poros, y la respiración nos incitaba a querer mas; es tan excitante sentir como la respiración va aumentado dando aviso al momento del clímax total…
Que lindo fue estar arriba tuyo, mirarte disfrutar, poder moverme libremente haciéndote deleitar …
Fascinante fue recorrer todo su cuerpo con mi lengua, tratar de contar tus pecas tan lindas, sentir tu cuerpo duro, oh si!! bien duro…
Termino como empezó, nos dimos todo, todo de el termino en mi…
abatidos y rendidos quedamos en la cama… solo el agua podía calmar un poco la sed.
Hablamos de nuestras vidas, del trabajo y de la nada … era como para hacer tiempo, había que cumplir el horario ja, pero era imposible solo hablar y otra vez estábamos como al principio; mala suerte sonó el teléfono y ya era muy tarde.
Me llevaste a casa como todo un caballero, nos despedimos con el mismo tibio beso del principio.
Me pase toda la noche sonriendo cada vez que volvía a mi mente tus besos, caricias, los temblores y cada mirada…
Por eso tengan cuidado con la miradas, no se fíen porque en el momento menos pensado nos podemos cruzar y sin darte cuenta, entrare por tu mirada para quedarme bajo tu piel, tibia y sonriente...

miércoles, 19 de agosto de 2009

Fantasma


Por temor a poder sufrir te eché de mi vida, tome al toro por las astas y me hice valer… o eso creí.
También creí poder continuar con mi vida tal cual era antes de vos.
Pero al llegar la noche y cerrar mis ojos volviste a mi, te recostaste en mi cama y tu sonrisa, ten bella, tan amplia, se apodero de mi.
Me quede inmóvil sin dejar de mirarte, y vos hablaste largas horas, mirándome como quien mira algo que admira; me contaste como fue tu día, hasta pude sentir el aroma de tu cuello y enredar mis dedos en tus cabellos.
Y luego fue como antes, nuestros cuerpos rendidos al placer mas divino de volverse uno solo, nuestras pieles entremezclándose en el deseo absoluto de sabernos únicos, sin principio ni fin.
Tus manos agarraban fuertemente las mías, y me tenias inmóvil, como si fuera tu victima… y como me gusta serlo, y que me hagas tuya y saberte mío.
Sentir tu respiración en mi cuello, y escuchar que me hables suave y duramente mientras me preguntas si me gustaba… ¿y cómo no ha de gustarme el sentirte dentro, tan rico y húmedo, tan para siempre?
Sentir al final, el estruendo final, que nos avisa mas que nunca que estamos vivos y el por qué vivimos, sentir el espasmo último del delirio sublime, tan lleno de vos… en mi.
Después nos abrazamos y fue como siempre, dormir pegados, sin querer volver al ser individual …
Y al dormir noté cómo me gusta saberte pendiente de mi, tan bello… a cada movimiento mió lo correspondía uno tuyo…
Al despertar ya no estabas junto a mi, pero casi pude sentir el calor de tu cuerpo al otro lado de la cama… en ese momento lo supe, podía echarte de mi vida pera ya nunca mas de mi recuerdos, de mi deseo de tenerte para siempre conmigo.
Por temor a sufrir, por eso tan fuerte que sentía, te condené a ser mi fantasma, a seguirme y amarme cada vez que cierre los ojos… solo en recuerdos… y yo me convertí en el secreto de tus escalofríos,
porque quedé prendida, ahí bajo tu piel eternamente …

lunes, 17 de agosto de 2009

Impulso

Porque hacemos las cosas?

Tal vez por un tibio impulso, o la gran necesidad de sabernos vivos.
He conocido gente en mi camino, gente con la necesidad terrible de sentirse admirado, querible, deseable o tal vez hasta amable.
Recorro mis historia y los veos, inmersos en que un mínimo impulso les avise que todavía están en este mundo, para poder seguir o simplemente sobrevivir.
Que maravilloso el impulso irresistible de tocarse, rozarse tímidamente o el desenfrenado beso que llega como un temblor explotando en nuestras bocas.

Así son ciertas historias, donde uno se ve totalmente enredado en un camino sin fin a la terrible derrota de los sentimientos, pero no puedes parar porque cada vez que lo vez tienes ese impulso de olvidar todo lo que ibas a decir para poder amarle sin freno, sentir su tibieza convertirse en un fuego que va destruyendo todo a su paso, y te olvidas que lo que esta exterminando es a vos, poco a poco pero no puedes hacer mas que pedir que ese momento se convierta en interminable… y después solo queda el vacío… o aferrarte a los recuerdos y de esa forma tratar de experimentar nuevamente ese momento…

Y después, solo tenes eso, un después sin respuesta ni solución, solo esperar que algún día recuerde tu cuerpo y el camino para llegar a el otra vez.
Pero les aviso esta historia no es para la gente con orgullo o amor propio, esos personajes no pueden obtener estos papeles…

Y te quedas ahí esperando una señal del mundo esotérico que te diga que volverá y que aunque te haga sufrir tal vez el momento de goce sea mas fuerte y un día sea él el que necesite de tu impulso para poder sobrevivir… para sentirse en este mundo .

El tiempo pasa y la vida se convierte en esperar, rogar por un momento más con ese cuerpo, porque solo eso tienes de él; es que no te has dado cuenta que solo se ama a el mismo y no te puede ver, no te ve y nunca ha logrado saber quien sos, porque es siego de sentimientos y pobre de corazón.

Pero el impulso de sentirte en sus brazos, de lo que experimenta tu cuerpo al tenerlo dentro de ti, de cómo se despiertan tus sentidos al verlo te hacen sentir renacer … para volver a morir tras su partida cuando se cierra la puerta de la incertidumbre.
Y te veo, cuando te cruzo en el espejo, ahí sufriendo en silencio tratando de que nadie sepa que lo amas, y que el no te corresponde pero se ha convertido en tu nafta para hacer que tu corazón se de cuenta que esta vivo; y me das lástima y tristeza … solo espero que algún día tu impulso de sentirte viva te lleve a los brazos de alguien que viva por ti.

Soy persona de impulsos, lo reconozco y me hago cargo, pero también soy fuego… y a veces escorpión; por eso ten cuidado que puede mi veneno quedarse bajo tu piel sin ningún tipo de remordimiento…

jueves, 13 de agosto de 2009

Chocolate


Por que será que lo prohibido siempre es tan rico, tan deseable.
Por que será pendejo que me tuviste que gustar tanto.
Eras para mi como el chocolate, delicioso pero tan prohibido para mi bienestar.
Ese verano fue para mi como un torbellino de ideas que rondaban mi cabeza, donde la paz no se hacia eco ni por un segundo y todo se tornaba de un espantoso gris.
Y de repente tu sonrisa; los sms a cualquier hora… las juntadas en el quincho a fumarnos algo y tomarnos un vinito hasta tarde… reírnos sin parar hasta quedarnos sin aire.
Cada vez nos acercábamos mas a ese momento, cada rose y beso al saludar era el aviso de que pronto comenzaría la tormenta, y en verano son tan lindas las tormentas…
Me gustaba, y me gusta, mirar tu cuerpo moreno, tus brazos y esa cara de caramelo listo para comer.
Escuchar tu voz y saber que llegabas, que esa noche podía ser la tan esperada me hacia olvidar de toda la mierda que me rodeaba… y era feliz
porque tenia algo que esperar y algo que desear, y para mi el deseo es como mi alimento …
Esa noche tomamos, en todo sentido, el envión.
Era la noche perfecta, salida con amigos, alcohol y muchas ganas de pasarla bien… y nuestras ganas eran muchas!!
Tomar tu cintura y apretar mi cuerpo al tuyo al ir en la moto ya fue el comienzo de todo, después subir al auto y sentir tu perfume, tu perturbador olor a chocolate me marco la pauta de que esta vez ya nada me iba a contener, de que por mas que me arrepintiera después era ese el momento, y para mi suerte nunca me arrepiento!
Pensar que años atrás te miraba con toda la dulzura de una hermana mayor, pero el tiempo paso y ahora eras un hombre, y por suerte para todos no eras mi hermano… eras algo bello donde dejar mi marca.
No alcanzamos ni a salir del auto cuando me hundí en tu cuello y al levantar mi boca la tuya ya era casi mía, y nuestros cuerpos se entrelazaron casi sin darnos cuenta, todo era adrenalina apoderándose de todo a su alcance.
Todos se bajaron y nosotros nos quedamos, solos con nuestro deseo contenido, con nuestras promesas puestas sobre la mesa… ya no había mas palabras, solo nuestros cuerpos hablando por nosotros.
Toque tu piel y era hermosa, suave y tierno, desesperadamente pendejo y
fuertemente hombre…
Tu boca se apoderaba de mi cuerpo, sin dejar nada sin probar, tus manos hacían un reconocimiento minucioso del terreno donde acabar y ese olor a chocolate perturbaba mi mente cada vez mas.
Era la mezcla perfecta, chocolate y vos.
Después la noche siguió su curso, salimos, bailamos hasta hicimos sociales, y cuando pensaba que ya no estabas sentía tus brazos o tu boca demostrando que era tuya, pero no nos equivoquemos, solo esa noche era tuya.
Después fue volver matándonos sin importar las miradas de los amigos, era como si después de eso solo viniera el final, y es así todo tiene ese final inevitable.
Llegamos a casa y caminamos dándonos todo en cada esquina, árbol, ruta , mundo, espacio…
La casa estaba prohibida por lo cual solo nos quedaba el quincho para poder terminar de explotar todo nuestro placer …
Tuve que besar tu cuerpo a la luz de la luna, bajar con mi boca lentamente , jugar con mi lengua despacio y después mas rápido provocando que todo quedara listo para el placer …
Poco a poco nos sacamos la ropa y a un paso estaba la mesa, expectante nos miraba como llamándonos a ponernos cómodos, me acosté de espalda en ella y ahí te pude sentir mas fuerte que nunca, seguro y terriblemente bello.
Los sentidos nos desbordaban y no podíamos controlar los impulsos, nos rendimos a ellos, los dejamos ser y dominar…
Después ya no pude dejarme llevar, tenia que poder dominar el momento, te sentaste, y ahora yo tomaría el ritmo… que asombroso es sentir como esa persona entra una y otra ves, caliente, desenfrenado y siempre queriendo mas.
Mirar tu cara rendido al placer, sentir los temblores de los cuerpos haciéndose uno, terminando en un placer tan exquisito que solo se puede festejar con el gemido mas profundo ….
Luego solo quedaba la luna señalándonos y mirando nuestros cuerpos desnudos, vestidos solo con sudor; el sudor infinito del placer… y donde terminaba yo? Ahí bajo tu piel dormida …

Muy buen verano… gracias pendejo.

martes, 11 de agosto de 2009

Volver


Tal vez seria bueno poder volver sobre nuestros pasos, no por arrepentimiento, si no por el maravilloso gusto de poder revivir momentos irrepetibles, sensaciones únicas… que nada más puede hacer volver.
Cómo poder volver a sentir las primeras carisias de un amor que se perdió en el olvido de la distancia y ahora solo parece un ocaso.

Volvería atrás sobre mis pasos uno a uno al día que te conocí, a los besos
robados en el comedor… a tanta adrenalina al escaparnos de la oficina para hacer rozar nuestro cuerpos escondidos en cualquier rincón, como si fuéramos niños escapando de nuestros padres.
Para poder sentir tan sin tabúes todo lo que nos pasaba, para solo estar todo el día imaginándome como seria ese día, cuando todo lo que nos dijimos días enteros, calentándonos por mensajes, se hiciera realidad.

Te volvía loco relatándote palabra por palabra todo lo que te haría cuando lográramos estar juntos, salíamos corriendo de la oficina para tomar un café improvisado que terminaba cuando nos enredábamos sin importarnos nada, y hasta mas de una vez, tu mano se coló entre mi ropa dejándome terriblemente caliente, hasta que el más mínimo ruido te obligaba a sacarla.

Repetiría una y mil veces esas miradas cómplices, esas sonrisas donde nos decíamos todo. Hasta construiría la maquina del tiempo para poder repetir ese 15 de Diciembre, donde en ese departamento prestado nos dimos todo… sentir otra vez tu cuerpo desnudo, mojado y listo para ser mió... cómo recorrimos el sillón y cada rincón de nuestros cuerpos desenfrenadamente como si supiéramos de ante mano que solo tendríamos ese momento. Cómo me sacaste la ropa poco a poco descubriendo a cada paso cada curva, cada marca de mi cuerpo.
Para otra vez sentir tu boca en mi ser, haciéndome gemir sin poder parar, haciéndome tuya… sentir tu lengua abriendo el camino al placer.

Sentí como si nuestros cuerpos estuvieran destinados a pertenecer al otro cuando entraste en mi, tembloroso pero firme… estábamos ahí los dos como tantas veces imaginamos, como tantas veces soñamos, y era mejor que en todos los sueños y en todos los pensamientos.
Era real y perfecto…
Me hiciste volver a la tierra del deseo; de los cuerpos desenfrenados al amor... me hiciste volver a ser yo para siempre… fue como estallar en deseo cada vez que entrabas en mi, cada vez que mi cuerpo pedía mas y vos me lo dabas… a todo sin censuras ni recelos.

No hay cosa mas bella que dos cuerpos desnudos después de amar... no se necesitan palabras, solo carisias… y vos me las diste.
Después… y sí, llega el después… miré como te bañaste, como caía el agua y como se iba ese momento… volvías a no ser mió, volvías a ella.
Te acompañe a la puerta y te bese, deje que te fueras pero ya no éramos un sueño ni un deseo, ya estaba bajo de tu piel para que nunca mas dejaras de sentirme…

Gracias por hacerme volver a esta tierra…… para Juan.

domingo, 9 de agosto de 2009

Tan hermoso


A veces soy invisible, o creo serlo…a veces solo quiero que nadie me sienta, ni me perciba.
Una noche así, sentí que te cruzaste por mi camino, sin querer, sin sentirlo. Y la noche nos fue llevando a lo inevitable.
Me gustó que me cantaras al oído, sentirte tan dentro mió; así fue como me rendí en tu boca.
Solo eso, solo besos donde se entregó todo; yo casi no hablé. Oh, es que me encanta tanto sentirte, escucharte.
Y así fue como dejé de tener nombre para vos, y ya no fui yo, si no, Bella. Seguro que tu vida ya estaba llena de Bellas, pero para mi yo fui la única.
En realidad bello fue poder entrar en tu cama, entrar en tus brazos, en esos pares de noches donde sentía tu pecho quedarse casi sin aire… dónde podía verterme en vos, casi perfecta, como si toda la vida hubiera sido de esa manera… sin palabras, solo guiados por movimientos, por tu piel llevando a la mía.
Bello era verte acomodarte para que yo pudiera llevar el ritmo arriba tuyo. Como me perdía mirándote ahí tan perfecto, tan hermoso.
Recorrimos tu cama tirando todo a su paso, quedando solo nosotros dos desnudos en la oscuridad, mirándonos con nuestras manos, como dos ciegos reconociéndose. Sentir tu cuerpo mojado, como en el fin de una disputa cuerpo a cuerpo, en el ring de tu habitación. Pasar por todas las poses, una y otra vez porque siempre queríamos sentir mas, ir al extremo.. y terminar con vos detrás mío… dándome hasta el fin.
Bello era tenerte ahí todo para mi, y después solo tocar tu piel y verte dormir, escucharte respirar hondo hasta casi ya dejar de respirar...
y en ese momento me quede bajo tu piel, sin que me vieras...
…para siempre.

Para mi Bello que me toca mis canciones.

viernes, 7 de agosto de 2009

Entre sueños


A veces, solo a veces sueño que puedo entrar en tus sueños.
Que con solo cerrar los ojos entro a ese mundo y puedo elegir sin mas que mover un dedo la puerta que quiero traspasar.
Siempre me acusabas de provocar, y yo sin ninguna duda te aseguraba que había nacido para eso, para despertar en los demás el deseo insaciable de tenerme, de poder poseer mi cuerpo, mi carne... nunca jamás mi alma, a ella ni yo la podía poseer.
Por ende elegí esa noche abrir tu puerta; traspase tu cuarto casi flotando, te mira ahí tan quieto; dormías como un niño, lo que en realidad sos para mi.
No parecías ese asesino terrible que cada vez que te leía me daba escalofrió.
Me metí en tu cama casi sin que te dieras cuenta, mi cuerpo quedo rozando el tuyo, casi sin tocarte, solo permitiendo que sintieras el calor que emanaba de mi piel hacia la tuya.
Un escalofrió te despertó e inmediatamente te diste vuelta, asustado me miraste sin entender muy bien donde estábamos o si yo verdaderamente estaba ahí contigo.
Sin que pudieras darte cuenta de lo que pasaba te tome de la nunca y acerque tu boca a la mía, sentí tu frescura y moje tus labios con mi lengua, no podías parar de mirarme hasta que tus ojos lentamente se cerraron y te volcaste en mi beso.
Te acosté como a un pequeño y sin despegarme de tu cuerpo me subí en vos... moviéndome lentamente hasta sentir que estabas listo para que yo pudiera tomarte.
Intentabas decir algo, tal vez querías saber si era real, pero de verdad que cosa lo es, un momento, el mínimo movimiento, un rose, una sonrisa
o tal vez un sueño, tal vez solo lo importante es real o solo lo que necesitamos que lo sea.
Un lento y mínimo gemido salio de mi boca cuando mis caderas se acomodaron dejándote entrar en mi, y así fue una y otra vez, hasta que todo se torno mas rápido y ligero, tu cuerpo traspiraba placer y tu cara demostraba todo lo que sentías, tu cuerpo quería darme todo pero todo sin parar y continuar así por el resto de nuestros sueños.
Me agarraste de las cintura y con solo un movimiento tomaste el poder de la lucha, me hiciste tuya una y otra vez, parecía que esa noche jamás iba a terminar, o que jamás existió, que solo fue un suspiro o un resplandor.
De repente mi cuerpo exploto y un temblor me recorrió haciéndose fin en vos y esta vez el gemido salio de mi boca perdiéndose en la tuya.
Nos miramos y eso basto para ambos… ni una palabra ni mil hubieran reemplazado lo que en esa mirada nos dijimos.
Me levante de tu cama, me seguías con tu rostro sin sabes que hacer, si pedirme que volviera o que jamás me fuera…
Al llegar a tu puerta me di vuelta y te dije:” ya no me podes acusar de solo provocar, ya no podes decir que caliento la pava, pero ahora nunca podrás olvidarme y sentirás en tus sueños el fresco aroma de mi piel y será insoportable si no me tienes, ahora ya no hay vuelta atrás nenito”
Y la puerta se cerro; y me fui a ver que otra puerta quería traspasar, a que otra persona quería hacer mía y quedarme bajo su piel, para que no me vea, para que solo me sienta…