domingo, 30 de agosto de 2009

Aromas del Pasado


Hay personas que sus recuerdos son traídos por una situación, un nombre o una palabra….

A mi mis recuerdos vuelven por medio de aromas, que los traen devuelta para rememorarlos, no como fantasmas si no, como alegrías.

Cada año los aromas de la primavera me traen el recuerdo de nuestro encuentro, me devuelven tu presencia.

El olor de los árboles por florecer, el calido aroma del viento me recuerdan a vos.

Hace muchos años ya en primavera la vida nos cruzó, “no buscaba nada y te vi”… y en ese momento lo supe.

Era una hermosa noche y el estar en el mismo lugar nos hizo conocernos, aunque ya mucho tiempo atrás nos veníamos viendo.

Yo estaba mal y necesitaba levantar el animo, vos estabas ahí esperándome.

Nos besamos y me preguntaste “y ahora qué“ y yo como tierna niña que era, te contesté, “ahora no te soltare jamás “.

Y así fue, ya que mi corazón jamás te dejo ir del todo, siempre seguís estando en mi.

Los días eran bellos e invitaban a quererse; compartíamos todo el tiempo que se podía ya que nos parecía que no podíamos respirar si no estábamos juntos, y te juro que era así, yo no respiraba cuando no estaba con vos, mi vida y corazón se detenían. Así fue por mucho tiempo.

Cada vez que nuestros cuerpos se rozaban sabíamos que íbamos a aguantar mucho, que inevitablemente teníamos que ser el uno del otro, que tarde o temprano nuestra piel se tenia que fundir en el otro, y eso me parecía peligrosamente hermoso; en esa época yo vivía todo como un cuento … y así me gustaba.

Me acuerdo que esa tarde hacia mucho calor, estamos solos en tu casa y poco a poco fuimos acercándonos a tu cama.

Yo te miraba fijamente como pidiéndote que me guiaras, o tal vez que me cuidaras; no lo se muy bien.

La ropa calló al piso, suave como tus caricias, lento como el tiempo, porque ese día no corría.

Nuestros cuerpos desnudos eran hermosos, tiernos, vírgenes…

Despacio, muy despacio fuiste abriendo mi cuerpo relajando mis músculos, calmando mis miedos hasta poder entrar suavemente en mi, y fue terriblemente bello sentir como por primera vez estabas dentro mió, comenzar a sentir como éramos uno ungidos en el placer inmenso de amar.

De a poco empezamos a movernos en armonía perfecta, encontrando el punto exacto del placer, y era bello como podíamos lograr ese sentimiento, ese dolor, ese disfrutar del otro con el otro.

Sentía tu corazón palpitar, tu cuerpo transpirar y sabia que jamás iba poder olvidarte, dejarte ir de mi.

Al terminar fuimos a la ducha y me bañaste, tus manos me recorrían toda una y otra vez, y de apoco fui perdiendo la vergüenza, me ganó el placer.

No dejaba de mirarte, de observar como iban cayendo las gotas por tu cuerpo tan perfecto, tan mió.

Me acompañaste a casa y nos despedimos sabiendo que ya jamás volvería a ser igual.

La vida nos separo pero jamás pudo hacer que tu recuerdo dejara de volver con los aromas de cada primavera, y auque fue difícil por mucho tiempo, ahora soy feliz de que vuelvas a mi.

Nos quedamos tan prendidos el uno del otro, debajo de nuestra piel para nunca mas volver a ser los mismos.

Con amor para Mauro.

domingo, 23 de agosto de 2009

Sin esperar


Hay relaciones en las cuales no esperamos nada del otro, eso hace que a cada movimiento nos sorprendamos … y así perduran en el tiempo.
Hay otras que es tanto lo que esperamos del otro que nunca nos conforma, ni nos llena, porque siempre queremos más y nos sentimos vacíos.
De ti nunca espere nada, por eso siempre fue casi perfecto, te convertiste en aquel que nunca estaba pero siempre aparecía, y así se nutria un círculo que cerraba perfecto.
Me gustaste siempre, desde el primer día que te vi, tan amable y con esa sonrisa tan amplia como tu simpatía.
Creo que por mucho tiempo no me registraste, fue la etapa en la cual era invisible.
Pero un día ya no lo fui más y empezamos a hablarnos, a intercambiar mails y a hacer todas esas cosas que hace la gente en estos tiempos.
Una noche salí con una amiga y te encontré y tomamos algo. Creo que nunca alguien me miro así, como si hubieras deseado en ese mismo momento quitarme toda la ropa y recorrerme sin freno hasta el final. Yo estaba encantada con el solo hecho de que me miraras.
Después el contacto fue más frecuente hasta que al fin arreglamos de vernos, yo iría después de un recital a tu casa a tomar algo, si, claro… tomar algo.
Al llegar creo haber estado temblando, no se si fue el frió o tu cercanía;
estabas viendo tele en la cama y muy amablemente me invitaste a entrar en ella… y lo pensé, no se, dos minutos. Primero me saqué el abrigo y poco a poco el resto de la ropa.
Tu cara era de alguien que realmente no podía creer lo que estaba pasando, me quede solo con una musculosa y una tanga de encaje color turquesa, y te dije, “el sacarme lo que resta tiene otro precio”. Sonreímos y me metí en tu cama.
Nos quedamos ahí abrasados mirando la tele, hasta que mi mano se metió debajo de las sabanas y empecé a tocarte… como adoro ese cuerpo impecable, esa piel bien morena, ¡toda para mi!
Tu respuesta no tardó en llegar y ahí todo comenzó, debo decir que, lamentablemente para mis otros amantes, el sexo con él siempre fue sublime…
Nos besamos terriblemente, no parábamos de mirarnos, de admirarnos el uno al otro y te desear, más y más, si… mucho más.
Ya tu cama era un torbellino de placer, no nos alcanzaban las poses, ni el tiempo, ni nada de nada, era demasiado.

Me encanta tenerte dentro mió, bien adentro, sentirte gemir y saber que es porque conmigo disfrutas de verdad.
Adoras ponerte detrás de mi, y mirar como me pongo cuando sos todo mío, como no sos de ninguna.
Siempre me decís que no hay como mi cola, ni mi sexo, y a veces creo de verdad que adoras esas partes mías más que a mi misma, pero no me importa, porque se que igual te tengo, jajaja.
En la cama estamos en comunión, nos entendemos de una forma que me asombra, sabemos siempre que es lo que el otro quiere o necesita, y siempre es como la última vez… siempre lo puede ser.
Desde esa vez ya pasó más de un año, por nuestras vidas a pasado de todo, pero nunca pasamos nosotros.
Yo se que cuando me necesites o yo lo haga, con solo pensarte voy a recibir un mensaje que me robará una sonrisa, y después una cita donde nos vamos a hundir en el placer sin concesiones de nuestros cuerpos, hablando, entendiéndonos, entregándonos sin pedir nada.
Nunca espero nada de vos, ni vos de mi, por eso todo lo que nos damos está bien, y cada vez que entras en mi vida es una sorpresa…
Y así sin esperar nada, a cambió de eso, me quedé bajo tu piel sin decir nada, solo para que me necesites…

Gracias por darme siempre una alegría …

sábado, 22 de agosto de 2009

Miradas


Cuantas miradas cruzamos por día, miradas perdidas, miradas invisibles…
Esta es la historia de una mirada que se hizo tan real como deseable.
Te cruzaba varias veces al día en la oficina, me parecías terriblemente comestible, con esa apariencia de niño tímido, que me decía que algo escondía y que tan así… no serias.
Te miraba pasar, tranquila desde mi escritorio, esperando que lo notaras, y cuando lo hacías me divertía manteniendo mi mirada firme hasta que vos lentamente la bajabas… era muy fácil hacerte sonrojar…
Y así me divertía, sintiéndote mi presa, sintiéndome desafiante, sin buscar nada mas que ese sentimiento que me hacia sonreír toda la tarde.
Un día todo cambio, me miraste firme y fue como una lucha que termino en una mirada cómplice, de repente empecé a buscar excusas tontas para cruzar un par de palabras, y así fue como comenzamos a comunicarnos por mensajes, solo un –hola, cómo esta tu día?
Sin buscar nada, solo expectante, me gustaba jugar con vos, de esa forma, el típico coqueteo que a mi tanto me gusta, es mi juego preferido, ese y provocar, eso ya lo saben.
Nunca me esperé que esta vez la pieza del jaque seria movida por el contrincante, y así fue como de una tonta conversación terminamos planeando que día nos encontraríamos en un hotel, si, así como lo leen,
el niño no era mas que un lobo disfrazado de oveja, y eso a mi me encanta.
Nos intercambiamos números de teléfono, y concretamos día y horario.
Esa noche me llamaste 15 minutos antes para decirme que ya salías para casa, yo termine de tomarme un buen vino tinto con amigos y solo restaba esperar.
Como me imaginaba, fuiste muy puntual, entré en tu auto y nos saludamos con un tibio beso en la boca, cual pareja que hace tiempo están juntos.
Charlamos amenamente mientras conducías hasta el hotel, llegamos, me abriste la puerta, tomaste mi saco y arreglaste todos los por menores.
Cuando volviste me tomaste entre tus brazos y me besaste fuerte y apasionadamente, como una pareja que hace tiempo no se veía, como si todas esas miradas se hubieran convertido en un deseo entrañable.
Me llevaste a la cama y sin dejar un minuto de tocarme me fuiste sacando la ropa, y luego mire como vos te sacaste la tuya, tu piel tan terriblemente blanca, tus pecas cubriendo tu cuerpo, tus ojos bellamente claros y tu pelo, todo tu pelo de un rojo espectacular.
Me tomaste, me acariciaste y con tu boca fuiste preparando cada rincón de mi cuerpo para ser explorado, no dejábamos de besarnos, era terrible como no dejábamos que nuestros cuerpos se separaran ni un segundo.
Cada pose hacia que el placer perdurara y fuera mas fuerte, que te sintiera cada vez mas imposiblemente dentro mío, mi piel se adhería a la tuya, nuestra transpiración brotaba de cada uno de nuestros poros, y la respiración nos incitaba a querer mas; es tan excitante sentir como la respiración va aumentado dando aviso al momento del clímax total…
Que lindo fue estar arriba tuyo, mirarte disfrutar, poder moverme libremente haciéndote deleitar …
Fascinante fue recorrer todo su cuerpo con mi lengua, tratar de contar tus pecas tan lindas, sentir tu cuerpo duro, oh si!! bien duro…
Termino como empezó, nos dimos todo, todo de el termino en mi…
abatidos y rendidos quedamos en la cama… solo el agua podía calmar un poco la sed.
Hablamos de nuestras vidas, del trabajo y de la nada … era como para hacer tiempo, había que cumplir el horario ja, pero era imposible solo hablar y otra vez estábamos como al principio; mala suerte sonó el teléfono y ya era muy tarde.
Me llevaste a casa como todo un caballero, nos despedimos con el mismo tibio beso del principio.
Me pase toda la noche sonriendo cada vez que volvía a mi mente tus besos, caricias, los temblores y cada mirada…
Por eso tengan cuidado con la miradas, no se fíen porque en el momento menos pensado nos podemos cruzar y sin darte cuenta, entrare por tu mirada para quedarme bajo tu piel, tibia y sonriente...

miércoles, 19 de agosto de 2009

Fantasma


Por temor a poder sufrir te eché de mi vida, tome al toro por las astas y me hice valer… o eso creí.
También creí poder continuar con mi vida tal cual era antes de vos.
Pero al llegar la noche y cerrar mis ojos volviste a mi, te recostaste en mi cama y tu sonrisa, ten bella, tan amplia, se apodero de mi.
Me quede inmóvil sin dejar de mirarte, y vos hablaste largas horas, mirándome como quien mira algo que admira; me contaste como fue tu día, hasta pude sentir el aroma de tu cuello y enredar mis dedos en tus cabellos.
Y luego fue como antes, nuestros cuerpos rendidos al placer mas divino de volverse uno solo, nuestras pieles entremezclándose en el deseo absoluto de sabernos únicos, sin principio ni fin.
Tus manos agarraban fuertemente las mías, y me tenias inmóvil, como si fuera tu victima… y como me gusta serlo, y que me hagas tuya y saberte mío.
Sentir tu respiración en mi cuello, y escuchar que me hables suave y duramente mientras me preguntas si me gustaba… ¿y cómo no ha de gustarme el sentirte dentro, tan rico y húmedo, tan para siempre?
Sentir al final, el estruendo final, que nos avisa mas que nunca que estamos vivos y el por qué vivimos, sentir el espasmo último del delirio sublime, tan lleno de vos… en mi.
Después nos abrazamos y fue como siempre, dormir pegados, sin querer volver al ser individual …
Y al dormir noté cómo me gusta saberte pendiente de mi, tan bello… a cada movimiento mió lo correspondía uno tuyo…
Al despertar ya no estabas junto a mi, pero casi pude sentir el calor de tu cuerpo al otro lado de la cama… en ese momento lo supe, podía echarte de mi vida pera ya nunca mas de mi recuerdos, de mi deseo de tenerte para siempre conmigo.
Por temor a sufrir, por eso tan fuerte que sentía, te condené a ser mi fantasma, a seguirme y amarme cada vez que cierre los ojos… solo en recuerdos… y yo me convertí en el secreto de tus escalofríos,
porque quedé prendida, ahí bajo tu piel eternamente …

lunes, 17 de agosto de 2009

Impulso

Porque hacemos las cosas?

Tal vez por un tibio impulso, o la gran necesidad de sabernos vivos.
He conocido gente en mi camino, gente con la necesidad terrible de sentirse admirado, querible, deseable o tal vez hasta amable.
Recorro mis historia y los veos, inmersos en que un mínimo impulso les avise que todavía están en este mundo, para poder seguir o simplemente sobrevivir.
Que maravilloso el impulso irresistible de tocarse, rozarse tímidamente o el desenfrenado beso que llega como un temblor explotando en nuestras bocas.

Así son ciertas historias, donde uno se ve totalmente enredado en un camino sin fin a la terrible derrota de los sentimientos, pero no puedes parar porque cada vez que lo vez tienes ese impulso de olvidar todo lo que ibas a decir para poder amarle sin freno, sentir su tibieza convertirse en un fuego que va destruyendo todo a su paso, y te olvidas que lo que esta exterminando es a vos, poco a poco pero no puedes hacer mas que pedir que ese momento se convierta en interminable… y después solo queda el vacío… o aferrarte a los recuerdos y de esa forma tratar de experimentar nuevamente ese momento…

Y después, solo tenes eso, un después sin respuesta ni solución, solo esperar que algún día recuerde tu cuerpo y el camino para llegar a el otra vez.
Pero les aviso esta historia no es para la gente con orgullo o amor propio, esos personajes no pueden obtener estos papeles…

Y te quedas ahí esperando una señal del mundo esotérico que te diga que volverá y que aunque te haga sufrir tal vez el momento de goce sea mas fuerte y un día sea él el que necesite de tu impulso para poder sobrevivir… para sentirse en este mundo .

El tiempo pasa y la vida se convierte en esperar, rogar por un momento más con ese cuerpo, porque solo eso tienes de él; es que no te has dado cuenta que solo se ama a el mismo y no te puede ver, no te ve y nunca ha logrado saber quien sos, porque es siego de sentimientos y pobre de corazón.

Pero el impulso de sentirte en sus brazos, de lo que experimenta tu cuerpo al tenerlo dentro de ti, de cómo se despiertan tus sentidos al verlo te hacen sentir renacer … para volver a morir tras su partida cuando se cierra la puerta de la incertidumbre.
Y te veo, cuando te cruzo en el espejo, ahí sufriendo en silencio tratando de que nadie sepa que lo amas, y que el no te corresponde pero se ha convertido en tu nafta para hacer que tu corazón se de cuenta que esta vivo; y me das lástima y tristeza … solo espero que algún día tu impulso de sentirte viva te lleve a los brazos de alguien que viva por ti.

Soy persona de impulsos, lo reconozco y me hago cargo, pero también soy fuego… y a veces escorpión; por eso ten cuidado que puede mi veneno quedarse bajo tu piel sin ningún tipo de remordimiento…

jueves, 13 de agosto de 2009

Chocolate


Por que será que lo prohibido siempre es tan rico, tan deseable.
Por que será pendejo que me tuviste que gustar tanto.
Eras para mi como el chocolate, delicioso pero tan prohibido para mi bienestar.
Ese verano fue para mi como un torbellino de ideas que rondaban mi cabeza, donde la paz no se hacia eco ni por un segundo y todo se tornaba de un espantoso gris.
Y de repente tu sonrisa; los sms a cualquier hora… las juntadas en el quincho a fumarnos algo y tomarnos un vinito hasta tarde… reírnos sin parar hasta quedarnos sin aire.
Cada vez nos acercábamos mas a ese momento, cada rose y beso al saludar era el aviso de que pronto comenzaría la tormenta, y en verano son tan lindas las tormentas…
Me gustaba, y me gusta, mirar tu cuerpo moreno, tus brazos y esa cara de caramelo listo para comer.
Escuchar tu voz y saber que llegabas, que esa noche podía ser la tan esperada me hacia olvidar de toda la mierda que me rodeaba… y era feliz
porque tenia algo que esperar y algo que desear, y para mi el deseo es como mi alimento …
Esa noche tomamos, en todo sentido, el envión.
Era la noche perfecta, salida con amigos, alcohol y muchas ganas de pasarla bien… y nuestras ganas eran muchas!!
Tomar tu cintura y apretar mi cuerpo al tuyo al ir en la moto ya fue el comienzo de todo, después subir al auto y sentir tu perfume, tu perturbador olor a chocolate me marco la pauta de que esta vez ya nada me iba a contener, de que por mas que me arrepintiera después era ese el momento, y para mi suerte nunca me arrepiento!
Pensar que años atrás te miraba con toda la dulzura de una hermana mayor, pero el tiempo paso y ahora eras un hombre, y por suerte para todos no eras mi hermano… eras algo bello donde dejar mi marca.
No alcanzamos ni a salir del auto cuando me hundí en tu cuello y al levantar mi boca la tuya ya era casi mía, y nuestros cuerpos se entrelazaron casi sin darnos cuenta, todo era adrenalina apoderándose de todo a su alcance.
Todos se bajaron y nosotros nos quedamos, solos con nuestro deseo contenido, con nuestras promesas puestas sobre la mesa… ya no había mas palabras, solo nuestros cuerpos hablando por nosotros.
Toque tu piel y era hermosa, suave y tierno, desesperadamente pendejo y
fuertemente hombre…
Tu boca se apoderaba de mi cuerpo, sin dejar nada sin probar, tus manos hacían un reconocimiento minucioso del terreno donde acabar y ese olor a chocolate perturbaba mi mente cada vez mas.
Era la mezcla perfecta, chocolate y vos.
Después la noche siguió su curso, salimos, bailamos hasta hicimos sociales, y cuando pensaba que ya no estabas sentía tus brazos o tu boca demostrando que era tuya, pero no nos equivoquemos, solo esa noche era tuya.
Después fue volver matándonos sin importar las miradas de los amigos, era como si después de eso solo viniera el final, y es así todo tiene ese final inevitable.
Llegamos a casa y caminamos dándonos todo en cada esquina, árbol, ruta , mundo, espacio…
La casa estaba prohibida por lo cual solo nos quedaba el quincho para poder terminar de explotar todo nuestro placer …
Tuve que besar tu cuerpo a la luz de la luna, bajar con mi boca lentamente , jugar con mi lengua despacio y después mas rápido provocando que todo quedara listo para el placer …
Poco a poco nos sacamos la ropa y a un paso estaba la mesa, expectante nos miraba como llamándonos a ponernos cómodos, me acosté de espalda en ella y ahí te pude sentir mas fuerte que nunca, seguro y terriblemente bello.
Los sentidos nos desbordaban y no podíamos controlar los impulsos, nos rendimos a ellos, los dejamos ser y dominar…
Después ya no pude dejarme llevar, tenia que poder dominar el momento, te sentaste, y ahora yo tomaría el ritmo… que asombroso es sentir como esa persona entra una y otra ves, caliente, desenfrenado y siempre queriendo mas.
Mirar tu cara rendido al placer, sentir los temblores de los cuerpos haciéndose uno, terminando en un placer tan exquisito que solo se puede festejar con el gemido mas profundo ….
Luego solo quedaba la luna señalándonos y mirando nuestros cuerpos desnudos, vestidos solo con sudor; el sudor infinito del placer… y donde terminaba yo? Ahí bajo tu piel dormida …

Muy buen verano… gracias pendejo.

martes, 11 de agosto de 2009

Volver


Tal vez seria bueno poder volver sobre nuestros pasos, no por arrepentimiento, si no por el maravilloso gusto de poder revivir momentos irrepetibles, sensaciones únicas… que nada más puede hacer volver.
Cómo poder volver a sentir las primeras carisias de un amor que se perdió en el olvido de la distancia y ahora solo parece un ocaso.

Volvería atrás sobre mis pasos uno a uno al día que te conocí, a los besos
robados en el comedor… a tanta adrenalina al escaparnos de la oficina para hacer rozar nuestro cuerpos escondidos en cualquier rincón, como si fuéramos niños escapando de nuestros padres.
Para poder sentir tan sin tabúes todo lo que nos pasaba, para solo estar todo el día imaginándome como seria ese día, cuando todo lo que nos dijimos días enteros, calentándonos por mensajes, se hiciera realidad.

Te volvía loco relatándote palabra por palabra todo lo que te haría cuando lográramos estar juntos, salíamos corriendo de la oficina para tomar un café improvisado que terminaba cuando nos enredábamos sin importarnos nada, y hasta mas de una vez, tu mano se coló entre mi ropa dejándome terriblemente caliente, hasta que el más mínimo ruido te obligaba a sacarla.

Repetiría una y mil veces esas miradas cómplices, esas sonrisas donde nos decíamos todo. Hasta construiría la maquina del tiempo para poder repetir ese 15 de Diciembre, donde en ese departamento prestado nos dimos todo… sentir otra vez tu cuerpo desnudo, mojado y listo para ser mió... cómo recorrimos el sillón y cada rincón de nuestros cuerpos desenfrenadamente como si supiéramos de ante mano que solo tendríamos ese momento. Cómo me sacaste la ropa poco a poco descubriendo a cada paso cada curva, cada marca de mi cuerpo.
Para otra vez sentir tu boca en mi ser, haciéndome gemir sin poder parar, haciéndome tuya… sentir tu lengua abriendo el camino al placer.

Sentí como si nuestros cuerpos estuvieran destinados a pertenecer al otro cuando entraste en mi, tembloroso pero firme… estábamos ahí los dos como tantas veces imaginamos, como tantas veces soñamos, y era mejor que en todos los sueños y en todos los pensamientos.
Era real y perfecto…
Me hiciste volver a la tierra del deseo; de los cuerpos desenfrenados al amor... me hiciste volver a ser yo para siempre… fue como estallar en deseo cada vez que entrabas en mi, cada vez que mi cuerpo pedía mas y vos me lo dabas… a todo sin censuras ni recelos.

No hay cosa mas bella que dos cuerpos desnudos después de amar... no se necesitan palabras, solo carisias… y vos me las diste.
Después… y sí, llega el después… miré como te bañaste, como caía el agua y como se iba ese momento… volvías a no ser mió, volvías a ella.
Te acompañe a la puerta y te bese, deje que te fueras pero ya no éramos un sueño ni un deseo, ya estaba bajo de tu piel para que nunca mas dejaras de sentirme…

Gracias por hacerme volver a esta tierra…… para Juan.

domingo, 9 de agosto de 2009

Tan hermoso


A veces soy invisible, o creo serlo…a veces solo quiero que nadie me sienta, ni me perciba.
Una noche así, sentí que te cruzaste por mi camino, sin querer, sin sentirlo. Y la noche nos fue llevando a lo inevitable.
Me gustó que me cantaras al oído, sentirte tan dentro mió; así fue como me rendí en tu boca.
Solo eso, solo besos donde se entregó todo; yo casi no hablé. Oh, es que me encanta tanto sentirte, escucharte.
Y así fue como dejé de tener nombre para vos, y ya no fui yo, si no, Bella. Seguro que tu vida ya estaba llena de Bellas, pero para mi yo fui la única.
En realidad bello fue poder entrar en tu cama, entrar en tus brazos, en esos pares de noches donde sentía tu pecho quedarse casi sin aire… dónde podía verterme en vos, casi perfecta, como si toda la vida hubiera sido de esa manera… sin palabras, solo guiados por movimientos, por tu piel llevando a la mía.
Bello era verte acomodarte para que yo pudiera llevar el ritmo arriba tuyo. Como me perdía mirándote ahí tan perfecto, tan hermoso.
Recorrimos tu cama tirando todo a su paso, quedando solo nosotros dos desnudos en la oscuridad, mirándonos con nuestras manos, como dos ciegos reconociéndose. Sentir tu cuerpo mojado, como en el fin de una disputa cuerpo a cuerpo, en el ring de tu habitación. Pasar por todas las poses, una y otra vez porque siempre queríamos sentir mas, ir al extremo.. y terminar con vos detrás mío… dándome hasta el fin.
Bello era tenerte ahí todo para mi, y después solo tocar tu piel y verte dormir, escucharte respirar hondo hasta casi ya dejar de respirar...
y en ese momento me quede bajo tu piel, sin que me vieras...
…para siempre.

Para mi Bello que me toca mis canciones.

viernes, 7 de agosto de 2009

Entre sueños


A veces, solo a veces sueño que puedo entrar en tus sueños.
Que con solo cerrar los ojos entro a ese mundo y puedo elegir sin mas que mover un dedo la puerta que quiero traspasar.
Siempre me acusabas de provocar, y yo sin ninguna duda te aseguraba que había nacido para eso, para despertar en los demás el deseo insaciable de tenerme, de poder poseer mi cuerpo, mi carne... nunca jamás mi alma, a ella ni yo la podía poseer.
Por ende elegí esa noche abrir tu puerta; traspase tu cuarto casi flotando, te mira ahí tan quieto; dormías como un niño, lo que en realidad sos para mi.
No parecías ese asesino terrible que cada vez que te leía me daba escalofrió.
Me metí en tu cama casi sin que te dieras cuenta, mi cuerpo quedo rozando el tuyo, casi sin tocarte, solo permitiendo que sintieras el calor que emanaba de mi piel hacia la tuya.
Un escalofrió te despertó e inmediatamente te diste vuelta, asustado me miraste sin entender muy bien donde estábamos o si yo verdaderamente estaba ahí contigo.
Sin que pudieras darte cuenta de lo que pasaba te tome de la nunca y acerque tu boca a la mía, sentí tu frescura y moje tus labios con mi lengua, no podías parar de mirarme hasta que tus ojos lentamente se cerraron y te volcaste en mi beso.
Te acosté como a un pequeño y sin despegarme de tu cuerpo me subí en vos... moviéndome lentamente hasta sentir que estabas listo para que yo pudiera tomarte.
Intentabas decir algo, tal vez querías saber si era real, pero de verdad que cosa lo es, un momento, el mínimo movimiento, un rose, una sonrisa
o tal vez un sueño, tal vez solo lo importante es real o solo lo que necesitamos que lo sea.
Un lento y mínimo gemido salio de mi boca cuando mis caderas se acomodaron dejándote entrar en mi, y así fue una y otra vez, hasta que todo se torno mas rápido y ligero, tu cuerpo traspiraba placer y tu cara demostraba todo lo que sentías, tu cuerpo quería darme todo pero todo sin parar y continuar así por el resto de nuestros sueños.
Me agarraste de las cintura y con solo un movimiento tomaste el poder de la lucha, me hiciste tuya una y otra vez, parecía que esa noche jamás iba a terminar, o que jamás existió, que solo fue un suspiro o un resplandor.
De repente mi cuerpo exploto y un temblor me recorrió haciéndose fin en vos y esta vez el gemido salio de mi boca perdiéndose en la tuya.
Nos miramos y eso basto para ambos… ni una palabra ni mil hubieran reemplazado lo que en esa mirada nos dijimos.
Me levante de tu cama, me seguías con tu rostro sin sabes que hacer, si pedirme que volviera o que jamás me fuera…
Al llegar a tu puerta me di vuelta y te dije:” ya no me podes acusar de solo provocar, ya no podes decir que caliento la pava, pero ahora nunca podrás olvidarme y sentirás en tus sueños el fresco aroma de mi piel y será insoportable si no me tienes, ahora ya no hay vuelta atrás nenito”
Y la puerta se cerro; y me fui a ver que otra puerta quería traspasar, a que otra persona quería hacer mía y quedarme bajo su piel, para que no me vea, para que solo me sienta…