martes, 17 de abril de 2012

Tormenta


Que bellas que son las tormentas desde que te ame...
El tiempo nos había separado pero habíamos quedado impregnados bajo la piel del otro, ni el tiempo, ni los cuerpos que pasaron... pudieron alejarnos.
Llegaste en el momento justo, el destino nos puso ahí otra vez, para que pudiera nuevamente perderme en tus pekas... en tu bella sonrisa.
Esa noche se acercaba el momento de volver a estar juntos con la misma velocidad de la tormenta que rodeaba el valle...
El viento enloquecía como mi alma sabiendo que llegaba la hora de volver a reconocer nuestros cuerpos...
La lluvia empezó lenta a caer... como haría la ropa al estar juntos otra vez.
Y la tormenta comenzaba a llegar con mas fuerza he intensidad... como el deseo insaciable de tenerte dentro de mi.
El viento azotaba la casa, la lluvia inundaba los pisos y todo el jardín, la calle se convertía en río... y yo te esperaba inmóvil, casi sin darme cuanta del coas a mi alrededor.
Y llegaste a mi, todo mojado y tremenda mente bello, mas bello que antes, mas hombre.
Tu sonrisa fresca como tu cuerpo mojado me envolvieron y todo comenzó otra vez.
Charlamos horas interminables como aquella primer noche en la Plaza de la Intendencia, te acordas ?
Te di la mano y te lleve a mi cuarto, a esa cama que nos vio noches enteras amándonos sin descanso, que me descubría a mitad de la noche mirándote, porque como no hacerlo si sos tan bello como la brisa después de la lluvia.
Nos perdimos en los besos suaves y tibios de saber reconocernos en el otro otra vez... cada caricia iba re descubriendo el terreno donde supimos amarnos bien, y si muy bien!!
Nos mirábamos sin mirar, con solo la piel y el frenético movimiento de nuestros cuerpos...
Nacimos para amarnos así, sin ataduras, sin complicaciones, sin reproches... solo con nuestros cuerpos y almas de testigos.
Siempre supiste como hacerme disfrutar, nadie mejor que vos para hacerme llegar al mejor momento...
Como me gusta estar arriba tuyo y verte sonreír, como me gusta ser dueña del juego y mover mis caderas hasta llegar bien al centro de nuestro placer.
Amo cuando acaricias mi espalda fuerte y siento tus dedos hundirse en mi piel, como te convertís en parte de mi alma a meterte fuerte e interminable en mi.
Siento tus labios en mi cuello, tu respiración en mi oído, tus manos en mi cadera y tu sexo en mi cola... aunque digas que es solo tuya.
Nos amamos con la puerta del cuarto abierta para poder sentir la lluvia y el viento refrescar nuestros cuerpos, como si se pudiera!
Y ahí nos amamos interminable mente hasta encontrarnos juntos en el limite del placer, hasta acabar siendo uno... porque nunca hay limite si estoy con vos.
Después, ese después bello que siempre hay con vos, después te miro dormir... hermoso y apacible... me pierdo entre tus pekas... me pierdo entre tu piel... ahí donde siempre estaré a pesar del tiempo, de las distancias y de los cuerpos.

Porque con voz volver a empezar es volver a nacer... las amo mis bellas pekas

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Extraño esa hermosa noche de tormenta junto a vos...

Anónimo dijo...

yo tambien pekeño !