domingo, 30 de agosto de 2009

Aromas del Pasado


Hay personas que sus recuerdos son traídos por una situación, un nombre o una palabra….

A mi mis recuerdos vuelven por medio de aromas, que los traen devuelta para rememorarlos, no como fantasmas si no, como alegrías.

Cada año los aromas de la primavera me traen el recuerdo de nuestro encuentro, me devuelven tu presencia.

El olor de los árboles por florecer, el calido aroma del viento me recuerdan a vos.

Hace muchos años ya en primavera la vida nos cruzó, “no buscaba nada y te vi”… y en ese momento lo supe.

Era una hermosa noche y el estar en el mismo lugar nos hizo conocernos, aunque ya mucho tiempo atrás nos veníamos viendo.

Yo estaba mal y necesitaba levantar el animo, vos estabas ahí esperándome.

Nos besamos y me preguntaste “y ahora qué“ y yo como tierna niña que era, te contesté, “ahora no te soltare jamás “.

Y así fue, ya que mi corazón jamás te dejo ir del todo, siempre seguís estando en mi.

Los días eran bellos e invitaban a quererse; compartíamos todo el tiempo que se podía ya que nos parecía que no podíamos respirar si no estábamos juntos, y te juro que era así, yo no respiraba cuando no estaba con vos, mi vida y corazón se detenían. Así fue por mucho tiempo.

Cada vez que nuestros cuerpos se rozaban sabíamos que íbamos a aguantar mucho, que inevitablemente teníamos que ser el uno del otro, que tarde o temprano nuestra piel se tenia que fundir en el otro, y eso me parecía peligrosamente hermoso; en esa época yo vivía todo como un cuento … y así me gustaba.

Me acuerdo que esa tarde hacia mucho calor, estamos solos en tu casa y poco a poco fuimos acercándonos a tu cama.

Yo te miraba fijamente como pidiéndote que me guiaras, o tal vez que me cuidaras; no lo se muy bien.

La ropa calló al piso, suave como tus caricias, lento como el tiempo, porque ese día no corría.

Nuestros cuerpos desnudos eran hermosos, tiernos, vírgenes…

Despacio, muy despacio fuiste abriendo mi cuerpo relajando mis músculos, calmando mis miedos hasta poder entrar suavemente en mi, y fue terriblemente bello sentir como por primera vez estabas dentro mió, comenzar a sentir como éramos uno ungidos en el placer inmenso de amar.

De a poco empezamos a movernos en armonía perfecta, encontrando el punto exacto del placer, y era bello como podíamos lograr ese sentimiento, ese dolor, ese disfrutar del otro con el otro.

Sentía tu corazón palpitar, tu cuerpo transpirar y sabia que jamás iba poder olvidarte, dejarte ir de mi.

Al terminar fuimos a la ducha y me bañaste, tus manos me recorrían toda una y otra vez, y de apoco fui perdiendo la vergüenza, me ganó el placer.

No dejaba de mirarte, de observar como iban cayendo las gotas por tu cuerpo tan perfecto, tan mió.

Me acompañaste a casa y nos despedimos sabiendo que ya jamás volvería a ser igual.

La vida nos separo pero jamás pudo hacer que tu recuerdo dejara de volver con los aromas de cada primavera, y auque fue difícil por mucho tiempo, ahora soy feliz de que vuelvas a mi.

Nos quedamos tan prendidos el uno del otro, debajo de nuestra piel para nunca mas volver a ser los mismos.

Con amor para Mauro.

No hay comentarios: